jueves, 22 de mayo de 2014

Futuro incierto


Free falling dream by Richard George Davis // Source: DeviantArt

Siento que el suelo se desvanece bajo mis pies. Caigo en un vacío infinito, cada vez más rápido, mientras me esfuerzo por desarrollar alas que me permitan sobrevivir a un inevitable golpe y poder planear por encima de la catástrofe. Por otra parte, la presión que ejerce mi propia exigencia sobre mi mente acelera e intensifica esta caída, obligándome a luchar contra ella con todas mis fuerzas y causando mi fatiga. Me duelen los huesos, a cada paso que doy tiembla mi esqueleto. Supongo que el sufrimiento es el precio a pagar por el éxito, el dolor es causado por estas alas que se esfuerzan por crecer en mi cuerpo. El horizonte se me antoja lejano, casi en otra dimensión, a pesar de que puedo alcanzarlo con solo dar dos pasos. Mis manos se ciernen alrededor de un sol cegador, temerosas de que explote, pero a su vez incapaces de liberarlo, pues su calor alberga mi futuro, o el futuro que deseo. O quizás el futuro que creo desear. Al fin y al cabo, puede que mi destino sea emprender otra estrella, otra fuente de luz que alumbre mi camino, otro Sol que ilumine mi pensamiento y que encienda mis pasiones. En este preciso instante debo tener cautela, pues un movimiento en falso podría conllevar el fracaso, podría quemarme por querer agarrar una estrella cuyo calor no estoy capacitada para soportar. Paradójicamente, siempre me he sentido preparada para este momento, pero ahora que el reto es inminente creo que no estoy mentalizada de lo que supone. Quiero relajarme y sentirme segura, quiero entrar exultante y salir radiante de satisfacción. Quiero recargar energía, saborear la incertidumbre. Pero todo lo que obtengo es inseguridad, nervios, angustia y, sobretodo, desconfianza en mí misma. ¿Qué ha pasado con mi antigua yo? ¿Quién es esta extraña que me mira desde el espejo? 

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